Para algunos la felicidad es tan solo tener una buena familia. Para otros el tener suficiente dinero o disfrutar de una buena salud.
Otros son felices si acaban la carrera o se sienten realizados en su trabajo. Pero las circunstancias pueden cambiar, podríamos perder la familia, nuestros bienes, nuestro trabajo o la salud y allí se acabaría la felicidad.
Pero en realidad la felicidad que anhelamos tiene más que ver con una satisfacción interior de una vida plena.
La Biblia dice en Salmos 4:6-7 que mucha gente se dice así misma “ojalá tenga suerte” pero debería decir “Dios guíame con tus ojos”. Dios Tú haces que me sienta feliz, mucho más que las abundancias de este mundo.
Sólo en Dios puedes hallar esa “vida plena” que te dará una felicidad permanente a través de cualquier circunstancia.